El Afganistán es rígidamente un país musulmán donde la población es por las 85% sunita. En el 1959 Yasser Arafat paró de imponerles a las mujeres la segregación y la obligación del velo, aunque para algunos jefes religiosos se basa en una correcta interpretación del Alcorán; pero la ascensión al poder de los talebani ha sido acompañada por la reintroducción del burqa de modo aún más severo.Las mujeres son obligadas a vestir el velo que las reviste completamente, no pueden salir de casa sin ser acompañadas por un pariente de sexo masculino y es prohibido darse el esmalte a las uñas. Pueden utilizar solamente hospitales por solas mujeres y no pueden trabajar ni estudiar. Las mujeres que deciden visitar el Afganistán tienen que adoptar particulares cautelas: tienen que vestirse de modo aún más castigado que en Irán, estar junto a un hombre cuando caminan por la calle y no entres en las mezquitas. Hoydía algo parece ser cambiado. La caída de los Talebani en consecuencia de la invasión estadounidense ha reconducido en parte el país a ser un poco menos integrista. La cultura islámica del Afganistán también es la base de su famosa hospitalidad: essre invitado en una casa es un gran honor, que seáis hombres o mujeres, musulmánes o de otra religión, y allí será reservado un respeto que no se halla en ningún país del mundo occidental. Si el huésped rechaza la invitación u ofrece de llevar que comer , lleva una grave ofensa. Será apreciado en cambio un regalo en forma de fruta o flores o bien un pequeño objeto de su país de origen. Gracias a la variegada conformación geológica de su territorio, y al hecho que a causa de su posición geográfica este país siempre ha sido atravesado a lo largo y a lo ancho por ejércitos, imperios y rutas comerciales, el Afganistán posee una gran variedad de cocinas, artes, lenguas y tradiciones. Desaforadamente muchos tesoros artísticos han sido vendidos clandestinamente sobre el mercado mundial y en el 2001 los talebani han destruido al Grande Buda de Bimiyan; el pueblo afghano ha decidido renunciar al lujo del arte para poder sobrevivir. Sin embargo ningún país dotado con un patrimonio cultural así rico y diferenciado puede borrar u olvidar las raíces de que ello ha manado. Si y cuando este país pueda gozar de nuevo de un po' de paz, seréis sorprendidos por la contribución que sabrá dar a la cultura del mundo. |
La belleza salvaje de las montañas escarpadas del Afganistán, su clima difícil, su mosaico de grupos étnicos y encrucijada de antiguas caravanas, es reflejado en su cocina.
La cocina afgana, esencial y nutritiva, es basada en pocos ingredientes, pero nunca monótonos, porque la preparación varia de aldea a aldea, de casa a casa. Variedad de raviolis, pinchos, berenjenas rellenas y el suntuoso pulao, (un plato de arroz, carne, pasas y zanahorias),sono los alcances que él puede encontrar en los banquetes ciudadanos; los pastores sobre las montañas viven de té, pan, yogur y manteca, mientras que la carne es un lujo reservado a las ocasiones especiales. El pan es un alimento básico, del largo naan, plato de Kabul, a los panes redondos del Norte, al pan negro de centeno de las aldeas de alta montaña. En verano la fruta es la dueña de las mesas de todos los días; melones y pescas, albaricoques y moras de morera y los famosos granados de Kandahar. Y naturalmente hay los postres como el flan de leche que cierra cada banquete o los dulces azucarados que acompañan el té Aquella afgana es una cocina rica en platos exquisitos a base de carne y legumbres. Entre los platos lo principal recordamos los "bichak" generalmente servidos como entrada o para acompañar el the o el café. Están rellenos de mermelada o bien de calabaza, y otras veces son rellenadas con carne y servidos con salsas a base de yogur. Otras especialidades afganas son los "boolawnee" un tipo de hojaldre, relleno de cebolletas. Entre los platos más populares recordamos los "qabeli pilau" hechos con arroz amarillo, pasa de uva y zanahorias; el "aush" hecho con carne, legumbres y acompañado por salsa al yogur. Sobre los montes del Hindukush encontramos pistachos, nogales, moreras,(con los frutos de la morera oscura puestos a secar al sol y luego molidos con las avellanas,se prepara una hogaza particular, el talkhan), plátanos, avellanos. En el Nuristan y en el Paktia, en el este, también hay robles y pinos por encima de 2000 metros y al sur hay dátiles, higos, granados, limones, naranjas y más de 90 calidades que uva, (que no puede ser utilizada para el vino y se seca: las pasas de Afganistán están entre los mejores del mundo). La fauna salvaje ofrece por la caza a liebres, galos cedroni, la "oveja de Marco Polo" con los cuernos de aries, que viven junto a cabra monteses, leopardos de las nieves, águilas... A las altas cuotas vive el yak doméstico, capaz de sobrevivir hasta 6000 metros de altitud. El yak da leche,( de cuyo se sacan manteca y quesos) y carne que, junto a los de cabras, ovejas y carnero, la carne más preciosa, son los productos más difusos sobre el territorio que resulta en cambio poco fructuoso por los cultivos agrícolas tradicionales. Se plantan en todo caso trigo, maíz, arroz (breng, un ingrediente que en la cocina afghana reviste un papel importante: unido a la carne se llama palao o pilaw, en blanco es cialao), remolachas de azúcar y algodón. Pero desaforadamente la planta que se acostumbra mejor a este clima y que, según las relaciones internacionales más puestas al día, constituye ya la mayor extensión de campos labrados es la amapola de opio. . |